dimanche, avril 22, 2007

La comisura de mis labios últimamente permanece inmóvil, como si hubiesen olvidado como hacer para moverse, nada sale, nada entra y nada expresa. En cambio las orbitas oculares giran y giran, ven a todos lados espiando, esperando, vigilando sin éxito. Mis manos se mueven obedeciendo cierto ritmo, son frías y crean sonidos y procuran caricias pulcras y sucias, suaves e hirientes. Mis pies buscan calidez se cubren y salen a caminar, no quieren parar tienen prisa por llegar al mar. ¡Mi cabello es libre! Vuela cómo hojas de otoño. En este estado me quede recostada en la cama, desnuda, viendo cada minuto.

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