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A veces siento que soy tan absurda, me gusta encariñarme e ilusionarme fácil y rápidamente, es mi peor vicio. Pero estoy en una etapa en la que no lo disfruto del todo, después de tanto dolor, y dar tanto y tocar fondo, creo debo dejar por unos meses dicho vicio. Me he cansado de amar sin que me amen, no quiero amar, quiero que me amen, me lo merezco, primera vez que pienso esto, pero es que ¡coño! Si me lo merezco y sé que con tantita atención y amor, no afecto, de ese me sobra; voy a caer de nuevo en el vicio, pero serán dosis controladas, no mal viajes atascados y llenos de soledad.
Al renunciar a los besos sabor a coca me he quedado sin besos y no sé si alguien me vaya a dar esos besos sabor a café que tanto deseo. Cada día estoy convencida más de mi condición de solitaria... ¿Por qué no me llame Soledad? Me hubiese venido mejor ese nombre pero con tan grande naturaleza de contrariedad que me rodea, seguro amada sería.

Mi mejor etapa es la más triste, pero la más sincera, eso la hace inolvidable.