Sensibilidad, malestar, debilidad, dolor…

Lo único de lo que estaba segura era de que me estaba pudriendo por dentro y no tenía dinero.

Después tuve dinero y todo se fue en curar el mal.

Días interminables, me encontré llorando, pidiendo que ya se acabara no podía con más anorexia, escalofríos y vómito; me dolía absolutamente todo.

No podía consumir una pasta más y las nalgas me dolían de las inyecciones, aun duelen.

Nunca había disfrutado salir tanto de casa como el sábado pasado y hace tanto que no me hacía tan feliz comer, como hoy.

Nunca creí sentirme tan aliviada de estar “sana” o al menos no sentir malestar y poder hacer mis actividades con energía y sin dolor.

Sana no lo estoy…, lo sé…, falta tanto para estarlo… y esto que paso fue nada comparado con lo que podría ser…

(ganas de contarle a alguien lo que me pasa y no poder...)